Viviendas exclusivas con biblioteca

Con motivo de la celebración del Día Internacional del Libro, nos fijamos en tres ejemplos de viviendas que dedican una parte considerable de su superficie a la instalación de bibliotecas. Espacios amplios y decorados con excelente gusto que sirven como refugio para cualquier amante de la literatura.

En primer lugar, una referencia autóctona: el castillo del condado de Castilnovo, en Cantalejo (Segovia). Un castillo en venta, (renovado con exquisito gusto), que sirvió como propiedad a varias dinastías de la nobleza española. Fue construido bajo los cánones del estilo gótico-mudéjar, con detalles de influencia árabe, isabelina y neoclásica. Diferentes familias aristócratas fueron propietarias de este inmueble hasta que en 1856 pasó a manos de José Galofré: pintor y secretario de honor de la reina Isabel II. En 1931 fue declarado monumento de interés cultural. La superficie de este castillo limita los seis mil metros cuadrados, repartidos en veinticinco habitaciones entre las que destaca el Salón Real, un exuberante patio interior y, por supuesto, su histórica biblioteca.

En segundo lugar, Chelster Hall, en Ontario (Canadá), la vivienda privada más cara de todo el mercado inmobiliario de su país. Una propiedad legendaria que se ubica justo frente al lago Oakville. La construcción de Chelster Hall no estuvo exenta de obstáculos, puesto que el diseño original de la casa (54.000 pies) tuvo que reducirse para cumplir con las normas de la ciudad. Chelster Hall presenta una distribución que se reparte en seis dormitorios, ocho baños, una capilla privada, piscina cubierta, bolera, un cine en casa y una magnífica biblioteca de dos pisos.

Por último, una circunstancia muy particular: la de una casa abandonada en una aldea en la parte norte de Pingan Fujian (China). Una propiedad que ha vuelto a cobrar vida reconvirtiéndose en una librería fabricada con cemento y acero. Se trata de una reestructuración audaz, con toques místicos en el interior y tendencias innovadoras a propósito de su diseño. La librería Xiadi Paddy Field se encuentra rodeada de campos de arroz que se extienden a lo largo de las laderas de las colinas que rodean su espacio. Gracias a su forma de base cuadrada se diferencia entre el resto de casas limítrofes; además, para su construcción se emplearon dos grandes bloques de piedra arenaria similares a la pietraforte florentina.

Bastan estos tres ejemplos para descubrir que, todavía hoy, en plena era digital, abundan las viviendas donde los libros ocupan un lugar propio desde el que reivindicarse. Un placer compatible con el resto de dispositivos electrónicos que nos rodean.

























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